sábado, marzo 02, 2013

María Quintina Vargas Santana



ODA A LA MADERA  (cómo lo expresaría un carpintero)


¡Madera! llegaste un día
de allá del bosque muerto,
esparciendo tu aroma,
conquistando mi alma.
Desde entonces, juntos
caminamos por la vida.

¡Madera! amante compañera
cada día te transformo
en mi banco carpintero
con el lápiz, con el metro,
el compás y geometría.
Te divido, te taladro, te cepillo
y tu vibras y me entregas en canción,
tu infinito renacer.
Yo te toco y te convierto
en mil objetos...
y revives en la cuna del infante
en la mesa en que comparte
la familia su alimento.
Eres mango de herramienta,
eres bote pesador,
eres casa, edificio, porvenir, economía,
eres fuerza e ilusión.
Eres vida para el hombre
en la Santa Cruz de Cristo,
y eres urna compañera
en la última morada.


María Quintina Vargas Santana
Osorno

Nicolle A. Tagle Bea


Disimulada-mente-
Observo la luna
En tu duna
Clara-mente-


Imagino con sol
Bañando en toronja
Tu piel desvergonzada,
En mi niña bien se descascara





Estoy media perdida
Descomprimida
Vagando por andenes
Insurrectos, inconcretos



Al revés me siento
Descompensación
Con el tiempo
Muerto, bebo
Mejor
Me duermo…                           


Psicopedagoga
Magister (c) Educación Emocional
Universidad Academia de Humanismo Cristiano    

Manuel Tapia Marín


EL FONDO DEL PATIO

En el fondo del patio
Hay una luz que nunca se apaga
Entre las plantas guitarras
Menta, ruda y vino tinto.

Veinticinco  miradas            
Un oráculo extinto
Una canción heredada
De los vientos que soplan su himno

Es el refugio de utópicos
Es el centro del corazón
 De la canción.

Es la historia no contada
Nacimientos y derrumbes
En las tardes plateadas
O en las noches donde el fuego abunde

Es una misma cascada
En donde la historia fluye
Es la primera tonada
Y el instante en donde todos suben
Hacia el lugar de los sueños
Un romance venidero, verdadero
Son estos versos de invierno
Los que me dan argumentos a momentos…

Cuento hasta cero, se fue
El dolor intenso del ser
En el tendedero se ve
Las fotos de ayer y las que vendrán también

Como un incendio va el
Ritmo del desierto con su pincel
Desde este patio sale
Ese dibujo con nuevos pies

Hacia el lugar de los sueños
Un romance venidero, verdadero
Son estos versos de invierno
Los que me dan argumentos a momentos…

Es el refugio de utópicos
Es el centro del corazón
De la canción.

Manuel Tapia Marín
Escuela literaria Azotacalles
Mejillones - Chile

Vanessa Cristina Díaz Marín


Lugar: Pub San Pedro Antofagasta

El Renacer de la Mariposa

Cimientos endulzados de alegría,
surgen desde que llegaste tú.
Soy feliz,
porque me salen cuajarones de amor por los labios.
Porque grito en los fragmentos de tu cuerpo
y suelo cantar de vez en cuando en tu pelvis,
en tu ombligo,
¡en tu pecho!
Nada callará este gozo,
mientras mi alma se humedece como pan en vino.
Me brotan luces multicolores por los ojos,
por esta alegría deslenguada ante los abatidos.
Qué bendición la mía de tener esta dicha tan efímera
y qué miedo del futuro que me hará llorar.
¿Pero qué importa el mañana si me siento colmada en devociones?,
pues mañana es muy pronto para recordar
esta felicidad que me rebalsa de endorfinas.
Que intente silenciarme la tristeza con su manto negro,
que yo la abrigo con mi pañuelo tornasol
y la amamanto de regocijos
para que sonría…
y se convierta en mariposa.
En la única mariposa que he visto volar.



Mariela Isabel Ríos Ruiz-Tagle


Canción a Pablo
 
A Pablo Neruda


Te veo caminar en la distancia lluviosa
mientras las catacumbas con espejos te denuncian
y las voces de los muertos te acompañan
en los cielos rasguñados por la noche impía


En nuestro cementerio tu faro resplandece
y se inserta tremebundo entre los caracoles

La herida se abre y deshoja diariamente
cicatrizando los espacios desnudos del alma

Las ventanas del mar se enterraron en la boca
disolviendo las sales oscuras del tiempo
y surgen de tus balcones carruseles intempestivos
con sus dormidos caballos sobre el agua

Un vagabundo cabalga vestido de sepulturero
persiguiendo las sombras disfrazadas de lunas

Las pesadillas de llorosas Guillerminas te sueñan
y tú recoges piadoso las rosas entre las olas
regalando pañuelos como ramilletes soleados
que vuelan para anclarse en el astro más lejano

Te imagino extraviado entre autopistas de cartón
convirtiendo el silencio en tatuajes de espuma

Tu voz de medialuna, tú, yo, nosotros, anclados
en la ribera del limbo como volantín del cosmos
mientras se despeje el horizonte y abrazados
aguardando el mascarón infinito de la esperanza
en los tijerales del absoluto desfalleciente


 Mariela Isabel Ríos Ruiz-Tagle
Escritora
www.marielariosruiztagle.blogspot.com