sábado, febrero 02, 2013

Armando Nahuelneri Muñoz


Un Mañana Azul.-

He escogido
de andariego,
por tus huellas efímeras
iniciar viaje
por esta hoja que musita,
me asigno este titulo
desatando un temporal
donde
desojas mis tedias costumbres.

Una noche mas y quedan menos
menos de las cuales sostenerme
así de hablar andando
trenzado mis labios
en tus fieros cabellos
rasgando mis deseos
durmiendo suspiros
y tu saliendo desnuda
repartiendo este fin de año
en ciertos planetas.

Quizás un buen día
si no es mucho pedir
siempre muy de mañana
en estos veinticuatro de lluvia
te lleves más de una vez
me lleves contigo y sin ti
hablando en voz alta
te lleves más de una vez
detrás de tu cuerpo feliz
desnudo, muy desnudo
a este poeta
a este seguidor de arcoíris
al exilio de tus te quiero,
me lleves a la víspera de siempre
cuantas veces al día quieras
a un mañana azul.-

Marysol Salval



Yo vengo del sur de Chile

Cuando lo digo
no me lo creen
porque descaradas se asoman
mis venas, y me las quedan mirando
bajo la piel transparente,
blanca, dicen que soy
arrimada de tan lejos, forastera
árida y pálida como la luna.

Pero yo atestiguo otros colores
que pigmentaron mi savia,
vengo desde la raíz de un roble,
broté como semilla nueva
que bebe agua de la vertiente
acunada por la hojas yertas de los ulmos
floreciendo alegre entre las piedras
creciendo húmeda, junto al verde musgo.

Hace tiempo que he nacido
pero no la vez que me parió mi madre,
nací después, en dorado terruño
donde el frío cala y el aire huele a humo,
la lluvia fiera copula con la tierra
y el amor que surge de ese lecho
fecunda  flores rojas en mis sienes.

Vengo de la montaña,
del río, de todas las aguas
de rezar las oraciones de los pinos
de aprender de la oratoria de los pájaros
y de beber la elocuencia de los astros
que festivos centellean azulosos
en el sombrero de gala que calza  la noche.

Desde allí he venido
no lo duden…

El nido de mis ojos tiene mirlos que se besan
en mi epidermis dormita toda la arboleda
y en mi cabello florece un manojo de retamas.

¿No sienten cómo expelo el aroma de los boldos?
¿No ven cómo brotan tiernas, las ramas de mi boca?


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