domingo, enero 06, 2013

Ángela Barrera Cordonez



OFRENDA

Una mañana de Mayo recomencé,
herida, pero digna.
Ofrendé mi experticia
en aulas juveniles,
con la timidez de una niña,
enfrentando las inclemencias,
guida por la rosa de los vientos
me hice roca y agua,
oasis y volcán.
Urdí en tu vergel
todo color y aroma,
sembrando por tus vides
las letras del alfabeto,
sus vocales y consonantes,
sus puntos y comas,
alejando los resabios,
los rencores ancestrales
que la leyenda ha ido descifrando.
Apacigüé la sed del verano
y el frío intenso del invierno
recorriendo tus campos de exportación,
ese curso que corre de oriente a poniente,
tu asfaltada columna vertebral,
tu casco histórico, bálsamo colonial.
Hoy saco guirnaldas,
enciendo faroles,
el Rancagua de mis amores
se manifiesta en mi historia.

Paola Andrea Seguel Sandoval


HUMANERÍO

Qué fuera más cruel que privar al hombre de su nariz,
Olor, olores, sopa de huasca.
Maldito instante impreciso las páginas de tu diario,
Un lujoso tapiz de perro durmiente y hablador insano.
Cuatro tablas resecas no hacen al hombre feliz;
Se sucumbe al castigo o se huye de estribos.
La cáscara risa ¡me voy tengo prisa!
Entre ires y venires con la orina retenida me detengo en la acera.
Ya no siento los pies, olvidé cómo se camina.
Compro fantasías, busco algo barato.
Situaciones vulgares… está helando aquí afuera.
Aún sonríe el payaso retraído y retardado, el idiota perfecto.
Reflejos en la vitrina, sarcasmo de la desdicha.
Sólo falta que me busque, sólo falta que me esperes para que seamos los extraños perfectos
¿O los extraños perpetuos?
¡Qué me importan todas esas porquerías! ¡Dioses, arrumacos, carajo de cosas!
Soy yo mi único dios, mediocre y poderoso, siniestro y desquiciado, adolorido y curado.
Un carnicero más del proceso cazuelero de los sistemas,
De un juego social para funciones específicas.
Lávate las manos para ir al baño que para comer no las usarás.


Luis Mardones Mancilla ( Elías Misner )


CRISALIDA      

Cuando vienes hacia mi
es como adentrarse en la primavera
es como beber del manantial
con mis ojos de Océano, 
que nada desborde de tí
mujer de mil aromas
quiero mía hasta tu última gota
hasta que las espinas del Sol
se sumerjan en el horizonte
y nuestra barca longeva
deje una estela de Amor.
Te he besado con la fórmula de ningún otro hombre
Te he abrazado con cien manos en tu espalda
Te he dicho que te amo, en versos de mil poetas
Y en tu camino he puesto una lluvia de flores
He besado tus manos, con santa dulzura
Y he tomado tu cuerpo; como piedra preciosa
 Amor mío! Como quisiera amarte mas y mas
y desfallecer en tu ternura.
No diría, fueron un puñal tus palabras
Pues ya estaría de amor muerto
En cambio queman tus palabras
Lanzadas de tu boca en llamas
Y aún así te sigo queriendo
Aunque por ello esté desfalleciendo.
Tendrás la piel dura
y la sonrisa a las puertas
serás LA mujer de hierro
a los ojos de ellos
serán firmes tus pasos
y tu voz sentenciosa
serás como una roca
en medio de la vida
pero tus noches huelen a soledades
a desamparo y sed de besos
a manos que quieran cobijarte
y secar cada lágrima
vertidas cada noche
en la almohada de tristezas
de tus sueños infinitos.