jueves, marzo 21, 2013

marlene dornemann


Suspicacias

Inmisericorde me dejaste
y sola en la vera del camino
con el desgarro en el pecho
y mallando mis penas
entre mis trémulas manos
con mi cabeza inclinada y mi cordura
y mi honra en la planta de tu pie.

Los autos pasaban a altas velocidades
por la carretera para mi desconocida
mi dedo en alto, para ellos pasó desapercibido
como para ti mis sentimientos y forzada desnudez.
Hoy, ya no veo lo ocurrido con el mismo prisma
ni te espero con la ilusión novicia
ya que mi confianza se marchó hacia la otra vida.

¿Era necesario pasar por tu escuela
conocer la pedagogía de condensado dolor?
Se me condenó sin un juicio justo
se me imputaron cargos por delitos que jamás cometí
salvo el amarte sin medida
y jugar todas mis fichas a que tu eras un ganador.
Este aterido corazón  aún te ama…Es cierto.

¡Mas las suspicacias retoñan con el tiempo
y sobre ellas nada  perenne se puede construir!

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