miércoles, marzo 20, 2013

María Rosa Rojas Casanova


Algo del Amor

Nací con las caderas más arriba de lo normal,
Herencia que se la debo a las indias que conformaron mi familia.
Lo sé, porque al igual que ellas,
Los hijos me salieron con tanta facilidad como los engendré.

Desde niña me tomé muy enserio el color de mi piel,
Salía al patio a pintar las nubes negras,
Y aunque mi padre me amaba por mi acento dulce y mis ojos dormidos,
Yo en realidad cultivaba a la bruja que tanto tiempo te atormentó.

Es por eso que la primera vez que te besé, te dejé tan negro,
Que no te pudiste quitar el color por más agua que te echaste encima
del cuerpo y de la conciencia.

¡Ay! Mi vida
Y tú que pensabas que yo era una especie de ada,
Y yo que no soy más que una mujer maldita por otras que han sido como yo,
Atormentadas históricamente por cuestionar el amor y el tradicionalismo.
Entonces, ya no me pidas lo que no hay en mí,
En mí hay tan poca luz,
Que si volviera a tocarte y mis manos acariciaran tu cuello
Y tu boca mordiera mi espalda…
Te dejaría negra esa piel de leche que se esconde debajo de tu camisa.









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