viernes, marzo 22, 2013

Antonio Álvarez Bürger


TALCAHUANO
La vi feraz tierra
de cuerpos con las manos
extendidas
sujetando el océano
en tiempos irascibles.

En días fértiles de desvelo,
con peces que brincaban
bajo tejidos de mallas
y fantasmas de otros tiempos.

Entre grandiosos buques
en faenas vibrantes,
entre hombres que marchaban
y cobijos fraternos.

La vi tierra fecunda
que amamantaran las indias
en sus curtiembres
La vi tierra que remata
en puertos de madera pétrea
sobre la piedra.

Talcahuano, una canción
inacabable de trabajo vivo,
de pájaros indómitos
y cielos tronando,
tronando siempre.
    
                                     
                                             Talcahuano

 

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